NATHAN
MAHL
Heretik
Volume II
The Trial
NMA, 2001, 59:32
Segunda
parte de la trilogía conceptual de la banda de Guy
LeBlanc, actual tecladista de Camel.
Muchos
saben que el ingreso de Guy LeBlanc a las exclusivas filas
de Camel se debió a lo espectacular de su performance
en el Near Fest de 1999. Allí el grupo impactó
con su material de The Clever Use of Shadow (1988) uno de
los mejores discos de los últimos años.
A partir de ese envión artístico LeBlanc compuso
una ambiciosa trilogía, mayormente instrumental, que
comenzó a fines del año pasado con el fabuloso
Heretik Volume I (ver entrevista en el número 28 de
Mellotron). Ya en el diálogo mantenido junto a Andrew
Latimer y Mellotron en marzo de este año había
adelantado que la segunda parte sería lanzada en mediados
de año, para concluir a fines de diciembre de 2001
con Heretik Volume III: The Sentence. Esto provocó
la reacción de Latimer diciéndole a LeBlanc:
"¿por qué le das tanto de golpe a tus oyentes?".
Y
la respuesta está ofrecida al escuchar el primer volumen
y éste: el talento de LeBlanc está en su máximo
nivel. En este caso la ambición no choca con la capacidad.
Todo lo contrario, esa elaboración conceptual permite
la creación de una obra sofisticada, elegante y potente,
llena de cambios y giros constantes, todo sustentado por la
notable capacidad técnica de la banda, con Guy LeBlanc
en teclados (observar su tarea en el hammond y piano), Claude
Prince en bajo de 5 cuerdas, Marc Spénard en guitarras
y Daniel Lacasse en batería y percusión. La
banda suena muy compacta con una combinación de lo
netamente progresivo y sinfónico (como en la fastuosa
y épica apertura "Malleus Maleficarum") con
la mejor "fusión", como en "De Praestigiis
Daemonum" o "Ad Judicium".
Un
fuerte contrapunto entre guitarra y órgano se da en
el extenso "Heretik Part IV", con la voz de LeBlanc
sonando como un cameo de Peter Hammill. El cierre se da con
"Moral Values part II", un agradable final con gran
trabajo en órgano de LeBlanc, una base sobria y muy
sólida y una melodía vocal bellísima
a cargo de Natasha LeBlanc.
El sonido de la banda remite a ciertos momentos de la historia
de la escena de Canterbury (ver nota en este mismo número),
tanto como a bandas míticas de Estados Unidos como
Happy the Man, o inglesas como Gentle Giant.
Sólo
resta ver cómo cierra esta extensa suite Heretik y
dar el veredicto final. Aunque con las pruebas ofrecidas hasta
ahora LeBlanc no sólo será "absuelto"
sino consagrado magistrado. Muy recomendado.
Andrés Valle
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